Madres al centro: un llamado urgente en el Día de la Madre
- antoniadelamaza
- 11 may
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Ser madre en Chile se ha convertido en una carrera de obstáculos. A pesar del discurso que exalta su rol, la realidad es otra: las políticas públicas no están a la altura. Y eso tiene consecuencias.
Hoy, las mujeres están postergando —o descartando— la maternidad no por falta de ganas, sino por falta de condiciones. Según el último Censo, Chile vive una de sus tasas de natalidad más bajas, reflejo de un sistema que no acompaña.

¿Quién se atreve a criar hijos en un país donde acceder a una vivienda es cada vez más difícil, el costo de la vida se dispara, las salas cunas no alcanzan y las redes de apoyo son escasas o inexistentes? ¿Cómo se equilibra el trabajo con el cuidado cuando la flexibilidad laboral es un privilegio, no un derecho?
En muchos países desarrollados, este dilema ha sido enfrentado con políticas públicas efectivas. En Francia, por ejemplo, la natalidad se ha mantenido estable gracias a un robusto sistema de jardines infantiles gratuitos, subsidios por hijo y licencias parentales compartidas. En Suecia, la corresponsabilidad se traduce en meses de postnatal para ambos padres y un modelo que incentiva a las empresas a adaptarse, no a penalizar. Corea del Sur, al borde del colapso demográfico, ya está reaccionando con incentivos económicos y reformas laborales profundas.
Chile no puede seguir improvisando. Necesitamos una política nacional de maternidad y crianza, que combine acceso universal a cuidados de calidad, incentivos a la corresponsabilidad, trabajo flexible con garantías, y una mirada de largo plazo. No es solo una causa de género: es un tema país.
Porque cuando una mujer decide ser madre, no solo da vida. También cuida, sostiene, educa y transforma. Y eso, en pleno 2025, no puede seguir siendo una carga individual. Debe ser una prioridad colectiva.
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