Radiografía internacional: mejores prácticas de formación dual
- antoniadelamaza
- 30 sept
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En un escenario marcado por el alto desempleo y la persistente informalidad laboral, surge una interrogante clave: ¿está el sistema de formación profesional respondiendo a las verdaderas necesidades del mercado en un mundo que cambia aceleradamente por la automatización y la digitalización?

Las cifras hablan por sí solas. En el trimestre móvil cerrado en junio de 2025, la tasa de desempleo llegó al 8,9 %, con un mayor impacto en las mujeres (9,9 %) que en los hombres (8,1 %). Al mismo tiempo, cerca del 26 % de la población ocupada —más de 2,4 millones de personas— se desempeña en condiciones de informalidad.
Este panorama refleja una contradicción estructural: mientras miles de personas buscan empleo, muchas empresas no logran cubrir vacantes críticas por falta de perfiles con las competencias necesarias. La brecha entre la oferta de trabajadores y la demanda de talento especializado no solo se amplía, sino que amenaza con profundizarse en la medida que la tecnología transforme tareas y ocupaciones. La discusión ya no es solo sobre empleabilidad, sino sobre resiliencia laboral: la capacidad de los trabajadores para reconvertirse y adaptarse a los desafíos del futuro del trabajo.
Frente a este desafío, realizamos una radiografía de las mejores prácticas de formación dual en cinco países desarrollados. El propósito: identificar aprendizajes que permitan a Chile construir un modelo de formación más flexible y conectado con el tejido productivo, capaz de cerrar la brecha de habilidades y preparar a la fuerza laboral para los cambios tecnológicos y productivos que ya están en marcha.
Alemania: “Representatividad y partenariado”.
Maestros guías certificados: todo instructor debe cumplir la certificación AEVO (Ausbilder-Eignungsverordnung), que asegura calidad en la enseñanza práctica.
JOBSTARTER: programa financiado por el Ministerio Federal de Educación que crea nuevas prácticas y apoya a empresas con poca (o demasiada) experiencia en formar aprendices.
Empresas Certificadas: mecanismo más directo y efectivo para asegurar la calidad de la formación al interior de la empresa. Estos estándares son desarrollados y aplicados por las Cámaras de Comercio.
Formación Colaborativa: empresas se asocian para compartir la formación (consorcios, encargos o alianzas).
Medición de Costos: encuestas estandarizadas miden beneficios y costos de formar aprendices, para motivar a más empresas a participar.
Dinamarca: “Formación Dual para PYMES”.
Centros de colocación: jóvenes que no logran contrato con empresas; reciben práctica en centros especiales (Skolepraktikcentre).
Certificación de calidad para formación de empresas: solo compañías aprobadas por el Comité de Comercio pueden recibir aprendices.
Reconocimiento de aprendizajes: se valoran competencias adquiridas fuera del sistema educativo formal (ej: voluntariado).
Formación combinada: estudiantes pueden firmar contratos con varias empresas a la vez para completar su programa, en caso de poder hacerlo en una misma debido a limitaciones.
Finlandia: “Flexibilizar para escalar la formación”.
Trayectorias flexibles: el currículum para la formación VET es igual para jóvenes y adultos, permitiendo facilitar trayectorias. Es creado en conjunto entre escuelas, empresas y sindicatos.
Formación modular: cada aprendiz puede diseñar su propia ruta formativa. Las mallas permiten una alta modularización de certificaciones, facilitando procesos de UPSKILL. VET Providers tienen libertad para esto y empresas pueden “customizar” procesos de aprendizaje.
Instructor supervisor: es clave para escalar la formación dual en empresas pequeñas y medianas. Pertenece al VET Provider y su rol es el de visitar y definir empresas aptas para la formación, espacios de aprendizaje, apoyar la definición de planes de rotación con maestros guías, identificar requerimientos para el aprendizaje (humanos y materiales), entre otros.
Noruega: “El estudiante como eje”.
Empresas formadoras: todas las empresas que califican como formadoras y reciben aprendices reciben apoyo económico estatal.
Sistema de seguimiento de planes de estudio (System for oppfølging avlæreplan, SOL): evalúa cómo funcionan los planes de estudio, garantizando calidad y mejoras constantes.
Vinculación con Upper Secondary School (3o y 4o medio): desde la enseñanza media, los jóvenes reciben orientación sobre trayectorias técnicas, preparación socioemocional y seguridad laboral.
Suiza: “Cooperar para formar”.
Financiamiento estatal: la Secretaría de Estado de Educación (SERI) apoya económicamente la cooperación entre empresas que comparten aprendizaje, experiencias y recursos sobre la formación VET Dual.
Cursos interempresariales: una semana por semestre, los aprendices refuerzan habilidades en centros estatales o empresas asociadas, con la finalidad cubrir todas aquellas brechas o aprendizajes no logrados durante el semestre.
Redes de empresas formadoras: modelo de formación colaborativa que permite escalar la formación dual. Una empresa principal guía la formación y otras aportan en áreas específicas.
Alianzas gestoras en colaboración: Red de empresas colaboradoras que se encarga de las tareas organizativas y administrativas, liberando a las empresas formadoras de esta burocracia para concentrarse en formar.
En resumen, todos estos modelos coinciden en algo clave: la formación dual funciona mejor cuando empresas, Estado y centros educativos trabajan juntos, con reglas claras, financiamiento y flexibilidad.
¿Por qué formación dual?
La formación dual —que combina aprendizaje en el aula con práctica en la empresa— ofrece una respuesta concreta a la brecha entre educación y empleo. Permite que los trabajadores adquieran experiencia real mientras desarrollan las competencias que demanda el mercado, mejora la productividad de las empresas y fortalece la capacidad de adaptación frente a los cambios del futuro del trabajo.
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